Los diez últimos hallazgos arqueológicos sobre los evangelios

El número de excavaciones arqueológicas, que vienen realizándose en Tierra Santa es enorme. En el año 2.000 estaban en marcha más de trescientas cincuenta. No son sólo las instituciones locales (Israel, Jordania, Palestina…)están trabajando. La mayoría de ellas pertenecen a centros de investigación de Gran Bretaña, Estados Francia, Italia, España, Holanda, Canadá. Ello ha permitido sorprendentes hallazgos que están aportando un mejor conocimiento del Jesús histórico y aclaraciones sobre aspectos de la vida de Jesús, mencionados en los evangelios.  “La arqueología en Tierra Santa se ha convertido en uno de los puntales básicos para el estudio de la historia del país y del mundo de la Biblia”, señala Joaquín González Echegaray, prestigioso arqueólogo.

 

1.-La inscripción de Pilato 

En 1962 unos arqueólogos italianos, que estaban retirando arena y maleza de las ruinas del teatro de Cesárea Marítima, sede durante largo tiempo del gobierno romano, descubrieron una gran piedra con una inscripción que llevaba el nombre de Poncio Pilato. Se la había dado la vuelta para ser reutilizada en la renovación del teatro romano efectuada en el siglo IV d. C. y había permanecido oculta. La inscripción conmemora la dedicación de Pilato de un edificio público erigido en honor del emperador romano Tiberio, del mismo modo que la ciudad había sido construida por Herodes el Grande, para honrar a su antecesor César Augusto. La inscripción venía a resolver las disputas en torno al título exacto de Pilato, por cuanto en la inscripción se decía que era prefecto y no procurador. El hallazgo se acogió con entusiasmo por tratarse del primer testimonio físico de la existencia de un personaje tan destacado en el Nuevo Testamento. El texto dice: …]S TIBERIVM • …PON]TIVS PILATVS …PRAEF]ECTVS IVDA[EA] . Una copia está en Cesárea Marítima. La original se encuentra en el Museo de Israel.   

 


2.- El osario de Caifás 

En noviembre de 1990 unos albañiles, que estaban construyendo un parque acuático en el Bosque de la Paz, al sur de la ciudad antigua de Jerusalén, dieron con un enterramiento, sellado desde la guerra contra los romanos en el año 70 d. C.  En un osario ricamente decorado  -una arqueta de caliza blanda destinada a guardar los huesos de los difuntos, una vez que la carne se ha descompuesto- se había escrito escrito el nombre de Caifás. Este nombre y el de los familiares enterrados con él ponían de manifiesto que la pequeña tumba era el panteón del sumo sacerdote Caifás, mencionado directamente en Mateo 26 y Juan 18, por el papel que desempeñó en la ejecución de Jesús. Se trata de un vínculo directo con los relatos evangélicos de la Crucifixión.  El mencionado osario se encuentra en el Museo de Israel.


3.- La barca de Galilea

La grave sequía que sufrió la zona hacia 1980 provocó un notable retroceso del nivel en las aguas del mar de Galilea. Cuando se alcanzaron las cotas más bajas, en enero de 1986, dos miembros de kibbutz Ginnosar observaron el contorno de una barca en el limo de la ribera, que había quedado al descubierto. El agua y el barro la habían preservado pero, una vez sacada a la luz, los arqueólogos tuvieron que luchar contra el tiempo y las crecidas de las aguas para recuperarla. Con la ayuda de un dique improvisado y de unas bombas se logró contener la subida de la marea y, mediante un armazón de yeso, se consiguió reflotar la embarcación y sacarla a la orilla. Hoy la barca, de 2,5 m x 7,8 m., se encuentra en un área climatizada,  construida en el mencionado kibbutz. Las vasijas y las lámparas halladas en el interior de la barca permitieron datarla en el siglo I de nuestra era, y el análisis de las planchas de madera ha confirmado dicha datación. Se trata de una barca de la época de Jesús, de las utilizadas para la pesca o para cruzar el lago.  No quiere decir que sea la barca de Jesús y sus discípulos, sino que es como la que utilizó Jesús. 

 


4.- El crucificado

En junio de 1968 la Dirección de Antigüedades de Israel excavó una necrópolis situada al nordeste de Jerusalén. En el interior se descubrió una tumba familiar en la que había cinco arquetas osario, una de las cuales contenía los huesos de dos hombres adultos y los de un niño. Los huesos del talón derecho de uno de los hombres, de 1, 63 m de estatura y de unos veinticinco años de edad, habían sido traspasados por un clavo de 1,25 cm. A la parte exterior del pie se había clavado una pequeña tabla de madera con el fin de que no pudiera liberarlo del clavo, aun a costa de desagarrárselo. Pero el clavo se había torcido al chocar con la dura madera de olivo de la cruz y no pudo ser arrancado del cadáver, de modo que, cuando éste fue retirado de la cruz, el clavo y la plancha de madera siguieron adheridos al pie. Contrariamente a la práctica habitual, se había permitido retirar el cadáver de la cruz para que recibiera un enterramiento digno en la tumba de la familia. En el osario constaba el nombre del difunto, “El crucificado Yeochanan” (la forma hebrea y aramea de Juan), un hombre que padeció el mismo martirio que Jesús y en el siglo I.

 

 


5.-Las sinagogas

Las sinagogas aparecen en los evangelios como lugar importante en la actividad de Jesús. En ellas tuvo lugar una buena parte de su enseñanza y curaciones. Saber cómo eran las sinagogas en Galilea en la primera mitad del siglo primero y cuáles eran las funciones que desempeñaban es importante para situar el ministerio Jesús. En Galilea se han encontrado tres edificios datados en la primera mitad siglo primero que podrían clasificarse como sinagogas: 1.- En Cafarnaum: La sinagoga actual que se puede contemplar en la actualidad es del siglo IV d. C.; debajo de ella se han encontrado restos de una vivienda privada. El hecho de que la sinagoga se haya construido sobre esta vivienda hacer pensar a los excavadores que era el lugar donde se reunían los judíos en el siglo I d. C. 2.- Magdala: Edificio cuadrangular con gradas a los cuatro lados. Da la impresión de que era un lugar de reunión y de culto. 3.- Gamla: Edificio cuadrangular con gradas a los cuatro costados y columnas para sostener el techo. Destruido en el año 70 d. C. Parece un lugar público de reunión, que pudo ser también utilizado para reuniones de tipo religioso. 

 

 


6.- La casa de Pedro

En el siglo VI de nuestra era, un peregrino anónimo, de Plasencia, escribía: “Hemos ido a Cafarnaum, a la casa de Pedro, que es ahora una basílica”. La basílica en cuestión era un edificio de planta octogonal de finales del siglo V con un presbiterio en el centro de planta octogonal también. Esta basílica bizantina había sustituido a una iglesia-sinagoga, cuya planta había quedado cubierta bajo la plataforma levantada para construir la iglesia.  Entre los años 1968 y 1984 las excavaciones realizadas por Virgilio Corbo han puesto a la vista la primitiva iglesia-sinagoga del siglo primero, que aún conservaba la estructura general de una casa con sus mismas paredes. La pieza principal de la casa, de 5,8 x 6,4 m y que correspondía al presbiterio de la iglesia bizantina, tenía todas sus paredes revocadas con yeso, con motivos vegetales, pintados del siglo III. Las excavaciones han permitido llegar hasta un estrato anterior que corresponde a la casa original de Pedro, frecuentada por el propio Jesús, y que el evangelio de Marcos considera de hecho la casa de Jesús (Mc. 3, 20; 9, 33) Los primeros cristianos habían elegido tal espacio para sus reuniones y celebración de la Eucaristía, por la significación de ser el lugar donde vivía Pedro y que Jesús eligió como su residencia en Cafarnaum. 

 



7.- Casa en Nazaret

Arqueólogos israelíes hicieron público en el 2009 el hallazgo de la primera casa en Nazaret, de la época de Jesús, situada a unos metros de la Basílica de la Anunciación. La construcción está formada por dos habitaciones y un patio, que incluye una cisterna excavada en piedra, donde se almacenaba el agua de la lluvia. “Lo que hemos hallado es básicamente una típica casa judía de la época. Con habitaciones conectadas”. Ha explicado la arqueóloga, Yardena Alexandre, responsable de las excavaciones Otros de los componentes del hallazgo, que más ha llamado la atención de los arqueólogos, es la existencia bajo la casa de un lugar que pudo haberse empleado para esconderse. “Nazaret era una pequeña aldea y en época de guerra contra Roma, siglo I, este recinto pudo servir de refugio a la gente de los alrededores, a pesar de que no hubo batallas en la localidad, pero sí en su entorno”, puntualiza Alexandre. También se encontraron en el lugar fragmentos de cuencos de yeso, que sólo utilizaban las familias judías por motivos religiosos. “Todos los utensilios hallados responden a lo que sería una familia modesta; no hay joyas ni cristales”, matiza la responsable de las excavaciones.

 


8.- Séforis

La ciudad de Séforis se encuentra a sólo seis kilómetros de Nazaret. Fue arrasada por los romanos en el año 4 a. C. Pero, Herodes Antipas la quiso reconstruir y convertir en capital de Galilea. Hacia el año 10. d. C., cuando presumiblemente José y su joven hijo, un muchacho de unos 16 años, era cuando la ciudad se hallaba en pleno crecimiento y había una gran demanda de trabajo, especialmente en el ramo de la construcción. Aunque el nombre de la ciudad no aparece en los evangelios, la pequeña distancia entre Nazaret y Séforis hace deducir a los expertos que Jesús y José recorrían el trayecto a pie cada mañana para repetirlo de vuelta al atardecer, mientras que los sábados y fiestas permanecerían en su pueblo de Nazaret, dedicados al descanso y a la asistencia a la sinagoga, para cumplir sus deberes religiosos.  Las ruinas de Séforis, con su teatro, en cuya construcción pudieron trabajar José y Jesús, pueden hoy ser vistas, tras las excavaciones que desde hace unos treinta años vienen allí realizándose.  

 


 9.- La ciudad de Jesús 

Cafarnaum es uno de los pueblos, junto al lago, en el que vivió Jesús. Aquí se hospedó, en casa de Pedro. Esta ciudad, de la que Jesús recorrió sus calles y conoció sus casas y sus gentes, ha sido descubierta y excavada casi en su totalidad. En 1969, el arqueólogo italiano Virgilio Corbo, franciscano, comenzó las campañas de excavación en toda la ciudad, que se prolongaron hasta 1985. Descubrió un conjunto urbanístico, de gran interés con vistas al mejor conocimiento de los orígenes del cristianismo. Cafarnaum fue en la época de Jesús una ciudad con una población de unos 600 a 1.500 habitantes. Era un puesto fronterizo entre la Galilea, a la que pertenecía, y la tetrarquía de Filipo. Por esta razón tenía aduanas y allí vivían bastantes recaudadores de impuestos, publicanos. Por esta misma razón de ciudad fronteriza, había allí una guarnición militar del ejército de Antipas (Mt. 8, 5-9). La parte de la ciudad hasta ahora descubierta comprende una gran calle mayor con varias manzanas de casas, a la derecha y a la izquierda, y el gran edificio de la sinagoga. (Mc. 121-29; Lc. 4, 31-38) La población, además del comercio y servicios, vivía de la pesca del lago y de ciertos cultivos, principalmente de las plantaciones de olivos, ya que elaboraba aceite, como se ha demostrado en las excavaciones.

 


10.- Descubrimientos sobre el Templo de Jerusalén

El templo de Jerusalén era el centro en torno al cual giraba la vida religiosa y política de un judío en tiempo de Jesús. Era el lugar de culto más importante de todo el mundo judío y uno de los templos más grandiosos de todo el imperio romano. Herodes el Grande lo construyó y fue destruido y arrasado por el ejército romano en el año 70 d. C.  Dada la actual situación político-religiosa de Jerusalén y, más en particular, de la explanada del templo, hoy en día ocupada por dos de las mezquitas más veneradas en el Islam, no se ha permitido realizar excavaciones en el interior del recinto. Sin embargo, las realizadas en el exterior del recinto entre 1968 y 1982  han permitido encontrar algunos significativos hallazgos, que nos permiten saber mejor cómo fue el templo que conoció Jesús y del que tanto se habla en los evangelios.  Por el sur del muro de contención, hoy se pueden contemplar dos puertas de acceso al Templo, llamadas Puertas de Hulda, una conocida como la “puerta doble” y otra como la “puerta triple”. A ellas se accedía por sendas escalinatas que han sido puestas al descubierto por las excavaciones.  En el entorno del Templo se pueden contemplar algunos baños de purificación antes de acceder al recinto sagrado. Pero sobre todo, lo que más sobrecoge es poder contemplar las mismísimas piedras que cayeron de alto del edificio, salvajemente destruido y saqueado por las tropas de Tito.